lunes, 25 de junio de 2012

PUNTA QUERANDI-SITIO SAGRADO INDIGENA

Jueves 21 de junio de 2012
Fuerte reconocimiento a Punta Querandí en el pueblo donde vive el Gobernador
La lucha en defensa del sitio sagrado indígena, en conflicto con los barrios privados, alternó entre dos importantes hechos en las últimas semanas. Por un lado, sus protagonistas repudiaron al fundador de Buenos Aires, Juan de Garay, y sacaron "del olvido" su ajusticiamiento por parte del cacique Manuá. Por el otro, en el pueblo de Villa La Ñata, a orillas del río Luján, donde reside el actual gobernante bonaerense, obtuvieron un significativo respaldo de la Sociedad de Fomento, que los invitó a participar del tradicional desfile del 25 de Mayo junto a las demás instituciones de la localidad de Dique Luján. Por Indymedia Pueblos Originarios.

Por ANRed - L (redaccion@anred.org)

Viernes 25 de mayo, fecha patria y aniversario de la Sociedad de Fomento de Villa Ñata, fundada en 1959. Una remarcada presencia indígena, sumado a la presencia de whipalas -emblema andino que suele identiicarse con los pueblos originarios-, cambia un poco la fisonomía de la actividad. Un hombre vestido a lo gaucho consulta sobre el significado de los colores de la whipala. "Avancen pueblos querandíes", se escucha desde el escenario frente a la institución, en la calle costera del Canal Villanueva.

Unas 25 personas comienzan a caminar, son vecinos y miembros de pueblos originarios del paraje Punta Canal, donde se ubica el sitio en lucha, pero también de Benavídez, Talar y Garín. "Milenario y misterioso Punta Querandí", dice la bandera que presenta al lugar en conflicto que, de a poco, con mucha constancia, fue haciéndose conocido en el pueblo.

Los acontecimientos a veces suceden con tanta rapidez, que no dejan mucho tiempo para detenerse a pensar en los alcances que éstos llegan a tener . "Fue emocionante, toda la gente aplaudió cuando pasamos con el desfile y desde el acto nombraron a los pueblos originarios, a los querandíes. Después compartimos una locreada y música con todo el pueblo", recuerdan desde el Movimiento en Defensa de la Pacha, como si fuese algo que pasó hace mucho tiempo.

"En este día patrio, recordamos que las comunidades indígenas fueron una parte fundamental en las luchas por la liberación del yugo español. Aunque muchas veces ignorados por la historia oficial", expresaron los integrantes de de la lucha de Punta Querandí en su saludo a los vecinos del pueblo, que fue leído por el locutor del acto.

Las otras instituciones que participaron en el desfile fueron Bomberos Voluntarios, la Escuela 16 "Reconquista", el Centro de Jubilados, el Merendero Madre Teresa de Punta Canal y el Centro Tradicionalista "El fogón de Tigre", entre otros.

Con esta invitación al evento, la Sociedad de Fomento de Villa La Ñata hizo un reconocimiento a los pueblos originarios, y respaldó concretamente la lucha por los sitios ancestrales en peligro. Además de Punta Querandí, en esa localidad también existen los espacios sagrados de Rancho Largo y La Bellaca, rodeados de emprendimientos inmobiliarios de gran escala.

El apoyo cada vez más fuerte a los reclamos indígenas se da en coincidencia con el malestar vecinal generado por la pérdida de espacios naturales, públicos e históricos del pasado reciente (Entrevista a un joven de la Fomento: “Los countries nos vienen sacando lugares y reservas”). También hay que decir que no fue la primera muestra de adhesión del pueblo, ya que en mayo de 2010, a comienzos del acampe para defender este lugar, el Movimiento en Defensa de la Pacha fue invitada como institución local al acto del Bicentenario ("Dique Luján abrazó a los pueblos originarios").

Punta Querandí es un sitio arqueológico, sagrado, educativo y público, recuperado entre los barrios privados, que contiene restos materiales y humanos de los pueblos originarios de hace mil años. Este lugar, que coincide con la ex parada ferroviaria Punta Canal, quiso ser destruido por el empresario Jorge O’Reilly, directivo de EIDICO, una de las principales desarrolladoras del país. Distintos sectores sociales, principalmente integrantes de organizaciones indígenas, nucleados en el Movimiento en Defensa de la Pacha, lograron protegerlo y convertirlo en un espacio cultural de referencia.

PUNTA QUERANDÍ Y EL PODER PROVINCIAL

Se ha escrito mucho sobre este conflicto, aunque posiblemente se haya pasado por alto un dato: el gobernador Daniel Scioli es vecino de la localidad donde se encuentra, y su helicóptero es parte del paisaje que se visualiza desde este territorio en conflicto. Además, el mandatario reside a escasos cientos de metros de tres reconocidos sitios ancestrales con enterratorios llamados La Bellaca.

Según el periodista Horacio Verbitsky, el gobernador está vinculado a EIDICO a través de su secretaria de medios de comunicación, Dolores O’Reilly (Leer nota de Verbitsky). A pesar de esto, fue un organismo de la gestión Scioli el primero en respaldar oficialmente a Punta Querandí, en septiembre de 2011. El Consejo Provincial de Asuntos Indígenas de la Secretaría de Derechos Humanos, elevó al Gobierno de Tigre un dictamen donde se reconoce la importancia arqueológica y cultural de este sitio. Claro que antes, en el 2010, el área bonaerense a cargo del patrimonio arqueológico había dado el visto bueno para que la desarrolladora de barrios privados disponga del terreno, al aprobar los estudios realizados por un equipo de arqueólogos contratados por la empresa.

Fuente y más fotos: Indymedia Pueblos Originarios

domingo, 24 de junio de 2012

ASOCIACION ALIHUEN- WE TRIPANTU

¿Como se celebra el año nuevo Mapuche / Ranquel? Imprimir E-Mail

¿Como se celebra el Wiñoy Xipantu, año nuevo Mapuche / Ranquel?
En el 2001 los Rankülches recuperaron la celebración del año nuevo "Wiñoy Xipantu" -Mapuche / Ranquel-gracias a la repatriación de los restos mortales de “Panguitruz Nürü” -Mariano Rosas- a Leuvucó, La Pampa, Patagonia Argentina.

La denominación Ranquel es la "castellanización" de su autodenominación rankülche (rankül -carrizo-, che -hombre, gente- en mapudungun; es decir "gente del carrizal"). En la actualidad 10.149 personas se reconocen descendientes de la nación Ranquel de acuerdo con un relevamiento del Instituto Nacional de Estadística y Censos de Argentina y en base a una Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas de 2004-2005.
En octubre de 1986 fue sancionada en la Provincia de La Pampa la Ley N° 876, en la cual se declaró como lugar histórico provincial el Parque Indígena Leuvucó (sección VIII, fracción A, lote 9 con 243 has. y lote 12 con 29 has.), ubicado a pocos kilómetros de la frontera con la Provincia de San Luis.

Bandera Ranquel


Monumento "Leuvucó" inaugurado el 28 de octubre de 1994 (Ley nº 876 del Ministerio de Cultura y Educación de la Prov. de La Pampa. Municipalidad de Victorica) el mismo está compuesto de dos lanzas apoyadas entre sí y un mortero.
La Bandera
La Bandera esta compuesta por tres franjas de colores, enmarcadas con una guarda pampa. La primer franja, azul, representa el cielo; la siguiente, verde, representa a la naturaleza; por último, el rojo, simboliza la sangre derramada por nuestra comunidad originaria en la época de la “Campaña del Desierto”. La guarda pampa: blanca, sobre tela negra; existió siempre y es la permanencia de la cultura Ranquel en estas tierras y el negro: la oscuridad por la reducción.
En el centro de la bandera se puede observar la figura de un KUL – TRUM que es un instrumento de percusión, similar a un pequeño tambor y que para los Ranqueles es un instrumento sagrado. El mismo es ejecutado por las MACHIS, una especie de sabia o guía espiritual, en las ceremonias. En la superficie de dicho instrumento se observan dos líneas rectas que se cruzan, en representación de los cuatro puntos cardinales; estas líneas terminan en patas de avestruz, un animal que abundaba en esta zona y que los aborígenes adoraban y copiaban en aquellas conductas que le parecían más oportunas e ingeniosas. En cada espacio demarcado por estas líneas rectas que se cortan se pueden observar diferentes figuras: tales como una estrella y la luna, en representación de la naturaleza; unas boleadoras, en referencia a los elementos de la guerra y un zorro que da cuenta de la dinastía a la cual se pertenece.
Sobre estas franjas y sobre parte del KUL – TRUM aparece superpuesta la figura de un aborigen, con sus músculos marcados, de espaldas, con un TRAI – LONKO o bincha en su cabeza, levantando sus brazos hacia el cielo. Esta silueta fue agregada luego de la restitución de los restos de uno de los caciques más importantes con los que contó la comunidad Ranquel, llamado PANGHITRUZ GUOR o “zorro cazador de leones”, más conocido como Mariano Rosas. Su significación esta relacionada con el resurgimiento del pueblo Ranquel luego de este memorable hecho.
El pasado y el presente se unen para darle continuidad al pueblo Ranquel. En la época de la “Conquista del Desierto” nuestra comunidad originaria ha sufrido destierros y segregaciones, pero a pesar de todo lo vivido y del tiempo transcurrido, sigue luchando por conservar sus costumbres y revalorizarlas a la luz del presente, con la esperanza de poder transmitirlas a las futuras generaciones.
La bandera resultó elegida en un certamen entre las comunidades Ranqueles de La Pampa en 1999.


Monumento a la Cultura Ranquel fue inaugurado el 10 de noviembre de 1999 en las cercanías de la laguna Leuvucó. La escultura es una figura humana con una lanza, que representa a la cultura indígena y en su pecho 8 niños que simbolizan a los caciques Carripilún, Yanquetruz, Painé, Pichón Huala, Manuel Baigorrita, Mariano Rosas, Ramón Cabral y Epumer.

Paisaje de la laguna de Leuvucó

Luego de casi 12 años de diversas gestiones a nivel nacional, el 22 de junio de 2001 se logra la restitución de los restos mortales de “Panguitruz Nürü” o Mariano Rosas, uno de los más grandes Lonkos de la Nación Mamülche, desde el Museo de La Plata, lugar donde estaban depositados. Los integrantes de la Nación Mamülche, junto a hermanos de toda Argentina y especialmente del Sur, acompañados de un amplio espectro de no indígenas de todo color, raza y religión así como de todos los colores políticos, rindieron un merecido homenaje al Gran Jefe, demostrando en forma práctica que es posible la unidad en la diversidad.


Enterratorio de Mariano Rosas
La pirámide: su significado.
La pirámide- mausoleo donde descansan los restos de Mariano Rosas- simboliza el viaje del ombligo de la tierra hacia la luz que en su terruño finalmente emprenderá el “zorro cazador de leones”.
La pirámide tiene un basamento de tronco de 2 x 2 metros (múltiplo de cuatro numero significativo para la cosmogonía ranquel) desde la base emergen cuatro caras orientadas según los puntos cardinales. Cada una de las cuatro caras de la pirámide lleva un revestimiento de madera de caldén, al igual que el resto de la obra; las mismas fueron talladas por el artesano Casto respetando la simpleza y la significatividad reclamada por el pueblo ranquel en esta ocasión.
Los simbolismos que aparecen en cada una de las cuatro caras representan las cuatro dinastías contemporáneas al cacique Mariano Rosas; al frente y en dirección este, coincidiendo con el acceso a la sepultura, el zorro representa el linaje de Panguithruz Gner, en la tapa -que contiene en su interior el cráneo- un kultrun con cuatro sectores de los que surgen los días, semanas y meses del año, también un eje cósmico atravesado por las patas del choique (ñandú), animal del hábitat imitado en la danza del choique purrun; el lateral oeste, un pato en la laguna representa el linaje pluma de pato de Pichuin Guala; al norte, la dinastía de Yanquetruz y también Currupilum están representados por la figura del cacique emergiendo del carrizal, el ámbito de asentamiento de él y su gente; al sur, representadas con un Nahuel (linaje de los tigres) están las parcialidades de Ramón Cabral, el platero.
Este lugar fue declarado Lugar Histórico Provincial.


Celebración del año nuevo Wiñoy Xipantu, durante nuestro Solsticio de Invierno (23/24 de Junio).
Las creencias Ranqueles giran en torno al Universo. Adoran la naturaleza: al sol, la luna, el cielo. Cuidan tanto el agua como la tierra ya que son concientes de que estos elementos naturales son los que permiten su existencia. Esta es la razón por la cual entierran sus ofrendas, ya que la tierra les devolverá todo lo que necesitan.

La celebración del año nuevo o Wiñoy Xipantu comienza el día 23 de junio. La gente empieza a congregarse en Leuvucó hacia el atardecer. La parrilla comunitaria va cubriéndose de carne, y algunas deliciosas manzanas, lo que preludia una sabrosa cena de una noche muy especial.

Al saludo de mari mari, sentimos la más cálida de las acogidas y comenzó a circular el mate entre comentarios muy amables. En tanto, seguía llegando gente de las comunidades de otras localidades. Todos fueron recibidos con sincera bienvenida.
La Küyen -luna- comenzó a asomarse por el Puel -donde sale el sol-. A medida que transcurrían las horas, se elevaba hacia su cenit para luego declinar en el Molú -donde se oculta el sol-.
Cenamos, entre cuentos, anécdotas e historias de los presentes en el Travun -reunión-.

Al llegar la media noche nos dirigimos al REWÉ -ubicado a pocos metros de la pirámide o mausoleo Mariano Rosas-, un palo sagrado de caldén, enterrado, en forma vertical, tallado, con una especie de cuatro escalones y un hueco en la parte superior; éste es el altar de los Ranqueles, los escalones simbolizan un ascenso hacia el cielo. El cuatro es un número simbólico, ya que cuatro son los elementos naturales, cuatro los puntos cardinales. El hueco es utilizado para colocar agua, frutos, semillas, en fin ofrendas. También estas son enterradas, ofrecidas a la ÑUKE MAPÚ o madre tierra.

Se enciende el “fuego sagrado” y todos lo rodean en círculo. Las personas ahí reunidas van tomando la palabra, se van expresando uno a uno. Pero también el fuego debe ser alimentado, por ello ante cada pedido o agradecimiento se arroja un trozo de leña, para conservarlo. El fuego sagrado no debe apagarse hasta el amanecer.

Durante esta ceremonia se realiza el CHOIKÉ PURÚM o danza del avestruz. Los Ranqueles admiraban a este animal que abundaba en esta zona de La Pampa, e incluso lo observaban y copiaban algunas de sus conductas, por ejemplo en el cuidado de los hijos y la reacción frente al peligro. Este es un baile sagrado que solo realizan los hombres y consiste en imitar el movimiento del ñandú. A medida que los bailarines se van cansando, se agachan lentamente y se envuelven con el poncho, ocupando otro bailarín su lugar.

El baile es acompañado por el KULTRUM, un instrumento de percusión, similar a un pequeño tambor, realizado en madera y cuero. Suele estar adornado con diferentes símbolos que representan los cuatro puntos cardinales, la dinastía de la comunidad, elementos de la naturaleza y de la guerra. Durante la ceremonia es ejecutado por la MACHI, una especie de sabia o guía espiritual, quien da el ritmo a la danza, comenzando con lentos golpecitos que luego se irán acelerando.


Antes del amanecer, siendo el día 24 de junio, rodeamos al REWÉ con una medialuna. Los hombres están envueltos en sus ponchos con guardas pampas y las mujeres luciendo trailonco -lo que envuelve la cabeza- y traipel -adorno de la garganta- realizados en alpaca. Todos los presentes quedamos mirando hacia la salida del sol. Al asomar los primeros rayos, suena el cuerno de la trutruka (corneta) e inicia la rogativa. La MACHI explica a los presentes el festejo por el comienzo de un nuevo año.
Con los brazos extendidos hacia Antü -sol-, piden al Vuta Chao -gran padre- y a Nguenechen -ser supremo- por la Mapu -patria-, por los Peñí -hermanos- y Lamnguen -hermanas-; por la lluvia, por la salud, pero sobre todo por Newen -fuerza-. Dan las gracias por encontrarse todos los Loncos, se pide también por los que no están, si están enfermos por su recuperación. Se invoca al sol, a la luna, al cielo, al universo. Uno a uno los Loncos van tomando la palabra, realizando agradecimientos o pedidos. Siempre el numero de Loncos debe ser cuatro o en base a cuatro. También deben darse cuatro vueltas al REWÉ, en señal de respeto, por ser este un número sagrado. Además se realizaron las ofrendas de yerba, azúcar, agua y semillas.

Al final de la ceremonia los presentes se saludan en señal de festejo por el comienzo de un nuevo año, después de toda una noche de vigilia, en plena estación invernal.

En el pasado, la ceremonia del NGUILLATÚN, al igual que otras costumbres, eran practicadas con devoción, en estas tierras, por nuestro pueblo originario. En el presente, y a pesar de la ausencia de estas prácticas durante largo tiempo, la ceremonia del NGUILLATÚN sigue conservando su escencia: el pedido y el agradecimiento a la naturaleza, capaz de otorgar al pueblo Ranquel el alimento, el agua, la curación, en fin… capaz de entregarle al pueblo Ranquel lo indispensable para su existencia.

Rogativa del año nuevo Nguillatum tripai anilu
Vuta chao nguechen chachao wentru
Gran padre todo poderoso Padre de los hombres
Wenu püllü ngwen mapu vuta wentru
Espíritu del cielo, dueño de la tierra, gran hombre
Niguillan küme mulepe pu lomko- chem mamguen
Te pedimos que los lonkos estén bien y que vivan
Vuta chao chachao wentru
Gran padre, Padre de los hombres
Kom küme imchiin pukeche pichiche kvivi keche
Que todos estén bien, nuestras familias, niños y paisanos
Chem mulemolu kütram - kom kumetremoi
que no haya enfermos - que todos estén sanos
Vuta chao - chem mañum maule - mutrin kullin muleialn
Gran padre, que llueva mucho, que haya animales gordos
Mañum kachu mulelo lelvun mu.
que haya mucho pasto en los campos.
Nguillam inchiin peni plan -
Te pedimos por nuestros hermanos blancos
Vreneian inchiin - Ten
misericordia de nosotros
Külluuen ngueneche külluuen -
Ayúdanos dios poderoso, ayúdanos
Vestimenta
La vestimenta Ranquel, en el caso de las mujeres, estaba conformada por un CHAMAL o vestido, una pieza entera, de tejido, que se cruzaba sobre el cuerpo y al no poseer los aborígenes modo de coser las piezas, las sujetaban con una POLLKÉ o faja en la cintura y un TAPÚ o prendedor. El vestido también poseía breteles que indicaban, si eran dos, que la mujer era soltera, si era uno, que estaba comprometida.
Las mujeres del LONCO o jefe solían adornarse con platería. Según la cantidad de platería usada se podía marcar el rango, las riquezas obtenidas por el LONCO. Esta no era su única función, los Ranqueles también creían que la platería espantaba a los malos espíritus. Entre estos adornos podemos encontrar al TAPÚ o prendedor con el cual sostenían el vestido; el TRAI LON – KÓ o bincha que envuelve, sostiene la cabeza y según los aborígenes encierra y mantiene las ideas. El TRAIPEL o collar envuelve, protege la garganta y adorna el pecho. El MAIMAITÚ es un adorno del pecho en el cual se puede observar una figura que marca la dinastía a la que pertenece la persona (por ejemplo la figura de un zorro indica que se pertenece a la dinastía de los zorros).
En el caso de los hombres la vestimenta estaba conformada por el MAKÚN o poncho. Solían utilizar también un TRAI LON – KÓ o bincha. Tanto mujeres como hombres protegían sus pies usando botas de potro.
Glosario
ANTÜ: sol
ALIHUEN: Arbol en pie.
CARRIPILÚN: oreja verde. El primero de la dinastía de los verde carú angue- estaba emparentado con los Guala, los Nawel, los Pangui.
CHAMAL: Vestido cruzados -manta doblada- sujeta con un solo bretel.
GUALA: pato.
KAKAWEL: cascabeles que se amarran a la mano y marca el ritmo con el Kultrun.
KÜYEN: luna.
KÜTRAL: fuego.
KULTRUN: caja de percusión de madera y tientos.
LAMNGUEN: hermana.
LEUVUCO o LEUBUCO: agua que corre.
LONKO: jefe, cabeza de grupo, cacique.
MAPU: tierra, suelo, patria.
MARI MARI: saludo de bienvenida y/o de despedida.
MOLU: Oeste, donde se oculta el sol.
NAWEL: tigre, felino del monte.
NEWEN: fuerza.
NGUILLATUN: rogativa, ceremonia sagrada.
NGUENECHEN: deidad, ser supremo.
PANGUITRUZ NÜRR, Panquitruz Gner, Paguithruz Güor, Panghitruz Güor o Panguitruz Nürü -Mariano Rosas-: zorro cazador de leones.
PEÑI: hermano.
PIFILCA: pequeño instrumento de madera con orificios para soplar.
PUEL: Este, donde sale el sol.
RANKÜL: carrizo, especie de la flora autóctona, abundante en la zona y que da nombre a sus habitantes.
RANKÜILCHES: gente del carrizal
REWE: tronco de caldén descortezado con cuatro muescas, usado en sus ceremonias.
TRAILONCO: es la vincha que significa: “lo que envuelve la cabeza”.
TRAIPELl: "adorno de la garganta"
TRAVUN: reunión, concentración.
TRUTRUCA: instrumento de viento circular terminado en un cuerno vacuno.
VELI TRIPANTU: buenos deseos para el comienzo de año.
VUTA CHAO: gran padre, sumo hacedor.
WE TRIPANTU: comienzo de los ciclos o de año (puede verse Wiñoy excepcionalmente).
WITRÚ: caldén (árbol autóctono, único en el mundo en el monte pampeano).


Ubicación de Leuvuco en Google Earth y Google Map: -36.0668282303, -65.4454629563


Artículos relacionados:
Relevamiento del Instituto Nacional de Estadística y Censos de Argentina y en base a una Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas de 2004-2005.www.indec.gov.ar/nuevaweb/cuadros/2/w000002.xls



Asociación ALIHUEN
Alihuen: Palabra de origen mapuche cuyo significado es "Arbol en pie".
Web: www.alihuen.org.ar
E mail: alihuenong@cpenet.com.ar Esta dirección de correo electrónico está protegida contra los robots de spam, necesita tener Javascript activado para poder verla
Dir. Postal: H. Lagos nº 520, CP. 6300, Santa Rosa,
Prov. de La PAMPA, Patagonia ARGENTINA
Personería Jurídica de L.P. nº 1378

jueves, 21 de junio de 2012

NUESTRA CULTURA RANQUEL

Nuestra Cultura Ranquel
LA CONTINUIDAD DE LA CULTURA RANQUEL
“La Vestimenta ancestral y la Bandera actual como respuestas ante las
necesidades de expresión del pueblo Ranquel”
Si partimos de la idea de que la cultura es todo lo que hace el hombre en relación con la naturaleza para satisfacer sus necesidades, podríamos decir que todo pueblo tiene cultura y que ninguna es superior a la otra, sino que simplemente son diferentes. Entre las necesidades con las que se enfrentan todos los pueblos, luego de superar sus necesidades básicas, podríamos contar con la necesidad de expresión.
El pueblo Ranquel ha encontrado en el pasado y en el presente formas diferentes de expresarse, de comunicar significados, para ellos relevantes. Algunas de esas maneras las podemos encontrar en la vestimenta ancestral que actualmente está siendo rescatada por las Comunidades Aborígenes. Pero el pueblo Ranquel nunca se fue, siempre estuvo en estas tierras, en la sangre de sus descendientes que hoy buscan nuevas formas de expresarse, tal como lo refleja la reciente creación de su bandera.
La vestimenta Ranquel, en el caso de las mujeres, estaba conformada por un CHAMAL o vestido, una pieza entera, de tejido, que se cruzaba sobre el cuerpo y al no poseer los aborígenes modo de coser las piezas, las sujetaban con una POLLKÉ o faja en la cintura y un TAPÚ o prendedor. El vestido también poseía breteles que indicaban, si eran dos, que la mujer era soltera, si era uno, que estaba comprometida.
Las mujeres del LONCO o jefe solían adornarse con platería. Según la cantidad de platería usada se podía marcar el rango, las riquezas obtenidas por el LONCO. Esta no era su única función, los Ranqueles también creían que la platería espantaba a los malos espíritus. Entre estos adornos podemos encontrar al TAPÚ o prendedor con el cual sostenían el vestido; el TRAI LON – KÓ o bincha que envuelve, sostiene la cabeza y según los aborígenes encierra y mantiene las ideas. El TRAIPEL o collar envuelve, protege la garganta y adorna el pecho. El MAIMAITÚ es un adorno del pecho en el cual se puede observar una figura que marca la dinastía a la que pertenece la persona, por ejemplo la figura de un zorro indica que se pertenece a la dinastía de los zorros.
En el caso de los hombres la vestimenta estaba conformada por el MAKÚN o poncho. Solían utilizar también un TRAI LON – KÓ o bincha. Tanto mujeres como hombres protegían sus pies usando botas de potro.
En general esta es la vestimenta utilizada por los ancestros Ranqueles en estas tierras. En la actualidad, la misma está siendo recuperada por las comunidades aborígenes como una forma de revalorizar su patrimonio cultural. Pero, tal como lo afirmábamos al comienzo, el pueblo Ranquel a pesar de reivindicar sus antiguas formas de expresión también ha encontrado nuevas formas de comunicar significados. Recientemente se ha creado la bandera que representa a este pueblo. La misma, está compuesta por tres franjas de colores, enmarcadas con una guarda pampa. La primer franja, azul, representa el cielo, la siguiente, verde, representa a la naturaleza; por último, el rojo, simboliza la sangre derramada por nuestra comunidad originaria en la época de la “Campaña del Desierto”. La guarda pampa hace referencia a la permanencia de la cultura Ranquel en estas tierras.
En el centro de la bandera se puede observar la figura de un KUL – TRUM que es un instrumento de percusión, similar a un pequeño tambor pero que para los Ranqueles es un instrumento sagrado. El mismo es ejecutado por las MACHIS, una especie de sabia o guía espiritual, en las ceremonias. En la superficie de dicho instrumento se observan dos líneas rectas que se cruzan, en representación de los cuatro puntos cardinales. Estas líneas terminan en patas de avestruz, un animal que abundaba en esta zona y que los aborígenes adoraban y copiaban en aquellas conductas que le parecían más oportunas e ingeniosas. En cada espacio demarcado por estas líneas rectas que se cortan se pueden observar diferentes figuras tales como una estrella y la luna en representación de la naturaleza; unas boleadoras en referencia a los elementos de la guerra; un zorro que da cuenta de la dinastía a la cual se pertenece.
Sobre estas franjas y sobre parte del KUL – TRUM aparece superpuesta la figura de un aborigen, con sus músculos marcados, de espaldas, con un TRAI – LONKO o vincha en su cabeza, levantando sus brazos hacia el cielo. Esta silueta fue agregada luego de la restitución de los restos de uno de los caciques más importantes con los que contó la comunidad Ranquel, llamado PANGHITRUZ GUOR o zorro cazador de leones, mas conocido como Mariano Rosas. Su significación esta relacionada con el resurgimiento del pueblo Ranquel luego de este memorable hecho.
El pasado y el presente se unen para darle continuidad al pueblo Ranquel. En la época de la “Conquista del Desierto” nuestra comunidad originaria ha sufrido destierros y segregaciones, pero a pesar de todo lo vivido y del tiempo transcurrido, sigue luchando por conservar sus costumbres y revalorizarlas a la luz del presente, con la esperanza de poder transmitirlas a las futuras generaciones.
EL RESCATE DE LAS COSTUMBRES RANQUELES
“La resignificación de la ceremonia del NGUILLATÚN”
Las comunidades aborígenes están luchando para rescatar su patrimonio cultural, con la finalidad de revalorizar su cultura, conservarla y transmitirla a sus descendientes, tal como lo hacían sus antepasados. En este contexto algunas ceremonias, vestimentas y costumbres son recreadas en el presente, convirtiendo en realidad la memoria de sus ancestros. En nuestra localidad de Parera, una de las ceremonias que están siendo practicadas y resignificadas por la Comunidad aborigen “Nahuel Auca” es la ceremonia del NGUILLATÚN.
En el pasado esta ceremonia se practicaba para el comienzo de año Ranquel. La fiesta duraba cuatro días, desde el 21 de junio, con el solsticio de invierno hasta el día 24 de junio al amanecer. La ceremonia del NGUILLATÚN, al ser una rogativa, también se realizaba cuando había una necesidad en la comunidad, es decir, cuando alguien estaba enfermo o se requerían alimentos.
A continuación se relatará cómo dicha ceremonia es practicada en la actualidad.
Todo comienza el día 23 de Junio a la media noche, al encender un fuego, el “fuego sagrado”. En la planicie de tierra se encuentra el REWÉ, un palo sagrado, enterrado, en forma vertical, tallado, con una especie de cuatro escalinatas y un hueco en la parte superior. Este es el altar de los Ranqueles. Las escalinatas simbolizan un ascenso hacia el cielo. El cuatro es un número simbólico, ya que cuatro son los elementos naturales, cuatro los puntos cardinales. El hueco es utilizado para colocar agua, frutos, semillas, en fin ofrendas. También estas son enterradas, ofrecidas a la ÑUKE MAPÚ o madre tierra.
Las creencias Ranqueles giran en torno al universo. Adoran la naturaleza: al sol, la luna, el cielo. Cuidan tanto el agua como la tierra ya que son concientes de que estos elementos naturales son los que permiten su existencia. Esta es la razón por la cual entierran sus ofrendas: la tierra les devolverá todo lo que necesitan.
El fuego sagrado está encendido y todos lo rodean en círculo. Las personas ahí reunidas van tomando la palabra, se van expresando uno a uno. Pero también el fuego debe ser alimentado, por ello ante cada pedido o agradecimiento se arroja un trozo de leña, para conservarlo. El fuego sagrado no debe apagarse hasta el amanecer.
Durante la ceremonia se realiza el CHOIKÉ PURÚM o danza del avestruz. Los Ranqueles admiraban a este animal que abundaba en esta zona de La Pampa, e incluso lo observaban y copiaban algunas de sus conductas, por ejemplo en el cuidado de los hijos y la reacción frente al peligro. Este es un baile sagrado que solo realizan los hombres y consiste en imitar el movimiento del ñandú. A medida que los bailarines se van cansando, se agachan lentamente y se envuelven con el poncho, ocupando otro bailarín su lugar.
El baile es acompañado por el KULTRUM, un instrumento de percusión, similar a un pequeño tambor, realizado en madera y cuero. Suele estar adornado con diferentes símbolos que representan los cuatro puntos cardinales, la dinastía de la comunidad, elementos de la naturaleza y de la guerra. Durante la ceremonia es ejecutado por la MACHI, una especie de sabia o guía espiritual, quien da el ritmo a la danza, comenzando con lentos golpecitos que luego se irán acelerando.
Antes del amanecer, siendo el día 24 de Junio, se rodea al REWÉ con una medialuna, quedando los presentes mirando hacia la salida del sol. La MACHI comienza a hablar, explicando la presencia de los congregados: el festejo por el comienzo de un nuevo año. Dando las gracias por encontrarse todos los Loncos, se pide también por los que no están, si están enfermos por su recuperación. Se invoca al sol, a la luna, al cielo, al universo. Uno a uno los Loncos van tomando la palabra, realizando agradecimientos o pedidos. Siempre el numero de Loncos debe ser cuatro o en base a cuatro. También deben darse cuatro vueltas al REWÉ, en señal de respeto, por ser este un número sagrado.
Al final de la ceremonia los presentes se saludan, en señal de festejo por el comienzo de un nuevo año, después de toda una noche de vigilia, en plena estación invernal, a unos 17º C o 18º C.
En el pasado, la ceremonia del NGUILLATÚN, al igual que otras costumbres, eran practicadas con devoción, en estas tierras, por nuestro pueblo originario. En el presente, y a pesar de la ausencia de estas prácticas durante largo tiempo, la ceremonia del NGUILLATÚN sigue conservando su esencia: el pedido y el agradecimiento a la naturaleza, capaz de otorgar al pueblo Ranquel el alimento, el agua, la curación, en fin, capaz de entregarle al pueblo Ranquel lo indispensable para su existencia.
BREVE RESEÑA SOBRE EL ESTILO DE VIDA RANQUEL
Y ALGUNAS DE SUS COSTUMBRES
“La familia, el trabajo y el amor a la naturaleza”
Hace aproximadamente 8.000 años atrás, en estas tierras, es decir, en el centro de lo que hoy es nuestra República Argentina, habitaba un grupo humano llamado Ranquel o gente de los carrizales.
Los Ranqueles vivían en comunidades, cada una con su Lonco o jefe y su gente. Eran nómadas, es decir, se trasladaban de un lugar a otro buscando agua para poder sobrevivir; y a pesar de que se reconocía la existencia de un territorio Ranquel, las diferentes comunidades no eran propietarias de ninguna parcela en especial sino que se trasladaban según sus necesidades, libremente, compartiendo con sus pares la tierra.
Las comunidades estaban regidas por un consejo de ancianos y el Lonco. La figura del anciano era fundamental ya que se lo consideraba fuente de sabiduría por su basta experiencia; por ello eran consultados por los jefes a la hora de gobernar. Para llegar a ser Lonco se debía ser descendiente, parte de la dinastía dirigente, pero con eso no bastaba sino que había que demostrar aptitud para el gobierno, de lo contrario era lícito elegir a alguien mejor.
Eran muy cuidadosos de la familia, por ello cada una vivía en un toldo en el cual se podían encontrar catres o camas para cada integrante, fabricadas con horquetas y cueros que servían de colchón y mantas. Además tenían divisorios que separaban a los hijos de las hijas y a éstos, de la pareja progenitora.
El Lonco, por su condición de jefe, podía tener mas de una mujer pero solo tantas como pudiera alimentar y no más. Cada mujer vivía con sus hijos en un toldo aparte. De cualquier manera, la crianza de todos los hijos del Lonco era compartida por las mujeres del mismo.
La jornada en la comunidad Ranquel comenzaba muy temprano con un baño, en el río o la laguna, fuera invierno o verano. El trabajo estaba dividido según el sexo. Las mujeres se quedaban en el toldo, lo limpiaban, cuidaban a los hijos, cocinaban. Los hombres salían a cazar, buscar leña, alimentar a los animales.
Hacían utensilios de cerámica, que en realidad eran de barro mezclado con arcilla. Trabajaban en el telar para la confección de las vestimentas. Hacían adornos de plata para el cuello, pecho, cabeza, prendedores, que después adornarían a la o las mujeres del Lonco. Estos ornamentos no solo servían para marcar el rango y las riquezas acumuladas, sino también para espantar a los malos espíritus. Amansaban a los caballos con métodos no agresivos, convirtiéndose los animales en fieles amigos que conocían los caminos aborígenes a la perfección y les permitían a los Ranqueles realizar destrezas y acrobacias para escapar del enemigo, que no siempre fue el huinca o blanco sino que también sufrieron los ataques de los de Arauca, un grupo de aborígenes que venían desde Chile.
Los oficios se enseñaban de padres a hijos por lo que se conservaban dentro de la familia y su descendencia.
Se alimentaban de la carne de animales salvajes como el avestruz, la vizcacha, el guanaco, la liebre. Preferían comer la carne de potro a la de vaca ya que creían que la primera era mas sana. Cuando mataban a un animal todo se repartía y nada se desperdiciaba. Utilizaban la carne para comerla, preferentemente asada; el cuero para confeccionar los toldos, camas, abrigo, mantas, calzado, recipientes para transportar agua. Solían también hacer sogas con las tripas del animal.
Frente a las enfermedades también recurrían a la naturaleza. Usaban las plantas, sus hojas, raíces y frutos para preparar infusiones y así aliviar los males que los aquejaban. También recurrían al azúcar quemada y la sangre tibia de un potro recién sacrificado, como fuente de energía y fuerza reparadora.
Admiraban a algunos animales y copiaban las conductas que de ellos les parecían más oportunas e ingeniosas, entre ellas las del avestruz. Trataban de imitar a éstos animales en la crianza de sus hijos y en la reacción frente al peligro, haciendo movimientos raros para que los demás integrantes de la comunidad se dieran cuenta de que algo no andaba bien, entonces se apresuraban a meterse en sus toldos o a esconderse.
Los Ranqueles adoraban al universo en su totalidad: el sol, la luna, la tierra, el agua, el aire. Realizaban ceremonias en honor a él, en donde hacían pedidos por los enfermos, los alimentos y también agradecimientos. Bailaban, cantaban, hacían ofrendas. Este amor a la naturaleza se debe a que gracias a ella podían alimentarse, vestirse, curarse, protegerse, aprender, en fin, podían existir. Con sus ceremonias solo devolvían a la naturaleza el amor que ella les daba.
En la actualidad, a pesar del paso del tiempo y de los destierros y sufrimientos vividos por el pueblo Ranquel a partir de la “Campaña del Desierto”, muchas de estas costumbres, creencias y ceremonias han sido conservadas. Las comunidades aborígenes, como la de nuestra localidad, están luchando en el presente por rescatar ese patrimonio cultural, tratando de reivindicar el valor que los antepasados le daban a la familia, el trabajo y la naturaleza.
MEMORIAS DEL PUEBLO RANQUEL
“mari chiwé, mari chiwé, mari chiwé”
(“Fuimos, somos y seremos”)
Hubo un tiempo en que los Ranqueles o gente del carrizal, vivían en estas tierras, es decir en lo que actualmente es el centro de la República Argentina. Era un pueblo nómada, que deambulaba de un lugar a otro en busca del agua que asegurara su subsistencia. A pesar de que se reconocía un territorio Ranquel, nadie era el “dueño” de una parcela de tierra determinada, sino que convivían, la compartían, en una especie de terruño comunitario. Cada comunidad tenía su propio Lonco o jefe y su propia gente, pero todos trabajaban y vivían de la naturaleza, y por ello la adoraban.
En el territorio en que actualmente se localiza nuestro pueblo, Parera, hubo un asentamiento Ranquel, ya que en estos lugares, en el pasado, se podía encontrar agua.
Alrededor del año 1.879 comienza la mal llamada “Campaña del Desierto”, porque en realidad esto no era un desierto sino que habitaba el pueblo Ranquel. El Estado Argentino necesitaba tierras fértiles para los inmigrantes, quienes contribuirían con su trabajo, a incorporar a la joven Nación Argentina al proceso productivo mundial. Un obstáculo se presenta ante tan anhelado objetivo: el indio Ranquel. Es por ello que la consigna del General Roca será de ahora en más “no dejar indio vivo en el centro de la Nación”.
En esa época diversos tratados de Paz relacionaban al Estado Argentino con la comunidad Ranquel. Estos últimos cedían parte de sus propias tierras al huinca o blanco, pero nunca eran suficientes. Desconociendo las relaciones diplomáticas, el Estado Argentino rompe con los pactos, traiciona al pueblo Ranquel y comienza la guerra. Una guerra desigual por cierto, en la que algunos pelean con lanzas y otros con fusiles. El desenlace podía ser fácilmente anticipado: se produce una de las matanzas más crueles de nuestra historia, la matanza del pueblo Ranquel.
Los sobrevivientes no corrieron mejor suerte. Los porteños que financiaron la “Campaña del Desierto” no solo se repartieron sus tierras, sino también a su gente, sobre todo a sus niños, para convertirlos en sirvientes, esclavos, juguetes de otros niños, entre otros sombríos usos.
Desde el Estado Nacional también se otorgaron tierras para “alojar” a los sobrevivientes y su descendencia. Tierras agrestes, desoladas, sin árboles, sin agua. Pero los Ranqueles, gracias a su trabajo y sabiduría, sobrevivieron y desde estas Colonias aún existentes y habitadas, fueron emigrando hacia otras ciudades, hacia otras provincias, esparciéndose por el territorio Argentino.
Los jóvenes se fueron, guiados por los consejos de sus ancianos que les decían: “m’hijo, no digas que sos indio, te van a matar”. Y respetuosos de la sabiduría de los viejos, los jóvenes se presentaban ante las sociedades que los recibían con otro apellido, otro idioma, otra identidad, ocultando su historia pasada, no por capricho, sino por temor.
En la actualidad y como parte de un movimiento mundial, están empezando a resurgir diferentes comunidades aborígenes, entre ellas, el pueblo Ranquel. Estos descendientes nunca se fueron, siempre estuvieron, ocultos, por temor o desconocimiento. Las diferentes comunidades aborígenes, como la de nuestra localidad, están luchando en el presente no solo por la reivindicación de sus tierras, sino también por el rescate, reconocimiento y revalorización de su patrimonio cultural.
“Quemaron el árbol,
pero no pudieron quemar sus raíces,
por eso hoy comienzan a resurgir.”


Todo el material aquí volcado es fruto de entrevistas realizadas a miembros de las Comunidades Ranqueles "NAHUEL AUCA" y "RALI-CO" a quienes agradecemos su invalorable y desinteresada participación.

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