Es tu pecho amigo, indio ranquel,
tus manos grandes
tus largos brazos,
nudos y nidos, como un caldén.
Indio americano,
caricia lenta para el amor,
mientras trabajas duro
crece la hacienda y pastos en flor.
Siempre latió la sangre
en tus venas jóvenes,
la madre raza sabe
forjar varones.
Muchacho de la pampa
vigía alerta, y cuidador
La vieja naturaleza,
guardián amante, ya te eligió.
Susurra el viento
tu nombre indio acariciador,
ciñe la vincha tu pelo negro
cual potro indómito, bellaqueador.
Siempre latió la sangre
en tus venas jóvenes,
la madre raza sabe
forjar varones.
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