Ceño adusto
y piel cobriza
la raza se impone
en los rostros,
en el carácter.
Recortando el horizonte
amalgama de caldenes
sobre el llano anochecido.
Caen en el olvido
las rogativas
los alaridos
las lanzas
y el galope fiero
de los guerreros.
En la ruka,
mujeres hornean pan
y acunan chiquillos.
En la lana extendida
de los telares
resurge el poncho
de un futuro nuevo.
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